samedi 26 janvier 2013

Post 128: Punto de vista de la araña: la fiesta

Punto de vista de la araña.
Parte VII La fiesta

Pasamos el último torro del trayecto, en Vallenoches hicimos una última pausa muy corta.

Regresé primera a la maceta. Me sorprendió que hubiesen de nuevo telas en los sitios ocupados por la rosa y la risa. Estaban posicionadas de forma un poco raras. Me dí la vuelta y mis amigas se dieron cuenta de mi sorpresa.
-mmm... lo ves... al final hemos usado tus telas también... dijo en seguida la rosa
-Ah
-Venga súbete que nos queda poco, si llegamos pronto podemos ir a una fiesta, terminó ella, con un tono frio que no le conocía.

Entré y me quedé con una duda sobre esas telas un poco raras. Mi curiosidad cuanto a esos paisajes tan diferentes dejó la duda de lado.

Llegamos a la hora prevista al campo grande. Se había hecho de noche, y el pueblo donde no quedamos se parecía mucho en los pueblos de la tierra naranja donde solía vivir.
Al salir de la maceta, mis gafas nuevas ya no me hacían efectos raros. Veía la rosa más hermosa que nunca. La risa también, hasta que... se parecía a una sonrisa. Parecían perfectas con estos disfraces de Sozes.
Nos fuimos a ocupar una casa desocupada que conocía la rosa, y donde estaríamos seguros y nos podríamos preparar para la fiesta. La rosa me aseguró que sería una fiesta diferente de todas las que había conocido sin explicar por qué.
Estuve lista en seguida, solo tenía que preparar una poco de seda, y algo de grasa para no quedarme pegada a mis propias telas. Ni siquiera necesitaba mirarme al espejo.
A punto de salir, la rosa me preguntó:
-¿Qué haces con todo ese veneno?
-Es qué...
-¡Déjalo aquí! siguió la rosa cortándome, no te hará falta, además habrán controles de seguridad, no te lo dejarían llevar.
No supe bien qué contestar. De hecho no contesté y deje mi veneno en una esquina del comedor. De toda forma con las espinas de la rosa nos podríamos proteger más que con mi veneno, que apenas le haría cosquillas a un ratón pequeño.

Nos dirigimos hacia la fiesta, yo siguiendo la rosa y la risa con ánimo, pensando en qué tendría de tan original aquella fiesta.

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