Punto de vista de la araña (parte X bis)
Al borde de la cama estás sentada
Codos en las rodillas y desconfiada
No sabrás si son diez patas o diez dedos
Notas que suben en tus hombros desnudos
Una araña te sube por el cuello
Unas patitas llegan hasta tu pelo
Tienes frio pero tus ganas de mimos
Callarán la vergüenza que despedimos
Esta arañita que no pesa nada
Será real o será imaginada
Regresa bajando por tus hombros frescos
Detrás de cada brazo hasta tus codos
Ahora deslizando por tu espalda
Apercibes mis dedos por tus costillas
Que son responsables de esas cosquillas
Todavía no ha ocurrido nada
mercredi 27 février 2013
mardi 26 février 2013
Post 112½: Soy un niño listo
Cuentos para niños tontos y adultos listos.
Post 112½: el amigo porsiacaso
Ya no soy niño, tengo doce años... ¡y medio!... y encerrado en el pasado.
Cuando tenía solo doce decía que todas las chicas son tontas y feas y ya no.
Por eso me he enamorado.
Ella ya tendrá trece el mes que viene, ¿es mucha diferencia no?
No sé muy bien si es tonta o lista.
Sigue diciendo que los chicos son todos tontos y feos.
Es normal a nuestra edad.
No presta atención a que soy un chico cuando dice eso.
Me tengo que esforzar para parecer tonto, quiero ser como todos los demás.
Con doce años... y medio todo lo que busco es ser normal, para poder jugar con los demás.
Creo haberle caído bien, me dice que soy su amigo, son ami! Eso cuando tenía solo doce, ahora que tengo doce... y medio sé que hay muchos significados a amigo.
He encontrado qué tipo de amigo he sido para ella.
De veras soy su amigo porsiacaso.
Hace nada que sé que existe, en la escuela no nos lo enseñan. Para ella es:
Porsiacaso te necesito,
Porsiacaso alguien que conozco te necesita,
Porsiacaso me aburro,
Porsiacaso estoy desesperadamente sola,
Te voy a seguir gustando
Seguiré siendo para ti la más buena
Pero cuidado, ¡ojo!
Si tú me echas en falta
No te conozco
Si me llamas guapa
Te condeno
A otra escapada
Al pasado
Pues nada...
Zero
Tengo doce años
Justo cumplidos
Todas las chicas son tontas y feas
Post 112½: el amigo porsiacaso
Ya no soy niño, tengo doce años... ¡y medio!... y encerrado en el pasado.
Cuando tenía solo doce decía que todas las chicas son tontas y feas y ya no.
Por eso me he enamorado.
Ella ya tendrá trece el mes que viene, ¿es mucha diferencia no?
No sé muy bien si es tonta o lista.
Sigue diciendo que los chicos son todos tontos y feos.
Es normal a nuestra edad.
No presta atención a que soy un chico cuando dice eso.
Me tengo que esforzar para parecer tonto, quiero ser como todos los demás.
Con doce años... y medio todo lo que busco es ser normal, para poder jugar con los demás.
Creo haberle caído bien, me dice que soy su amigo, son ami! Eso cuando tenía solo doce, ahora que tengo doce... y medio sé que hay muchos significados a amigo.
He encontrado qué tipo de amigo he sido para ella.
De veras soy su amigo porsiacaso.
Hace nada que sé que existe, en la escuela no nos lo enseñan. Para ella es:
Porsiacaso te necesito,
Porsiacaso alguien que conozco te necesita,
Porsiacaso me aburro,
Porsiacaso estoy desesperadamente sola,
Te voy a seguir gustando
Seguiré siendo para ti la más buena
Pero cuidado, ¡ojo!
Si tú me echas en falta
No te conozco
Si me llamas guapa
Te condeno
A otra escapada
Al pasado
Pues nada...
Zero
Tengo doce años
Justo cumplidos
Todas las chicas son tontas y feas
jeudi 21 février 2013
Post 132: Punto de vista de la araña: La sombra
Parte X
La sombra
Las instrucciones lo ponían muy claro.
"Gafas fabricadas en Sozes para bajar la confianza en si mismo.
Diseñadas para llevar con trajes de Angelosa*
Llevar las gafas sin el traje puede provocar falta de confianza irreversible.
Llevar el traje sin las gafas fuera de Angelosa** podría provocar exceso de confianza."
La risa me preguntó si estaba bien, si notaba los efectos de haber llevado dos días seguidos las gafas sin el traje.
-No, estoy bien, contesté, de hecho me notaba bien en este momento, pregunté: ¿Por cierto, tú haces telas con once costados?
-No. ¿Porqué preguntas eso?
-Había una así en la fiesta de cuando llegamos. ¿La viste?
-No me fije, no me llamó la atención.
-Y... ¿es por eso que os veía tan guapas a tú y la rosa?
-Puede ser, yo solo lo llevé para la fiesta, pero la rosa al final ni se lo puso. ¿A ella también la veías tan guapa?
No contesté, no quise contar que llevaba mucho tiempo viéndola muy hermosa, era de los tabús que había impuesto la rosa. De no ser capaz comentárselo a la risa, noté que tenía un sentimiento nuevo al respeto. Mezcla de culpabilidad y vergüenza. De no poder decir una verdad tan grande, tenía la impresión de ser un mentiroso. Acababa de llevar gafas quitaconfianza durante dos días pero todavía no hacía la relación...
De vuelta a la casa abandonada, me esforzaba hablar de otros temas, el viaje llegaba a su fin.
¡Qué cosa! Sentirse culpable de ver a una rosa como la cosa más hermosa que pueda existir.
A partir de entonces iba a ser una sombra. Cualquier cosa hermosa, cualquier luz a mi lado me haría desaparecer.
 |
| La sombra de la araña. Solo se ve en la obscuridad. |
** en Angelosa todos llevan el traje desde hace siglos, los complejos no existen.
jeudi 7 février 2013
Post 131: Punto de vista de la araña: cara de sorpresa
Punto de vista de la araña
Parte IX: cara de sorpresa
Fuimos a visitar el campo grande con la risa. La rosa decía que no podía venir porque tenía que vigilar la casa abandonada y quedarse por ahí. ¡Qué explicación más curiosa!
Después de visitar un par de exposiciones y museos, fuimos a un parque para descansar. La risa me dijo
-¿Porqué no te quitas las gafas? Ya hemos ido a la fiesta, ya no las necesitas.
-La rosa me ha dicho de guardarlas, empezaba a contestar
-Tengo el modo de empleo, pone que solo se pueden llevar con el disfraz, venga ¡quitátelas!
-A ver el modo de empleo...
La risa me pasa el papel
-es verdad, no puedo leer, ¡ayúdame!
Con su ayuda me quitamos los cuatro pares de gafas.
-¿Qué te pasa? pregunto la risa, con un tono preocupado, tienes pinta de haber visto un fantasma
-¿Risa...?
-¿Sí?
-¿Eras... eres una araña?
-¿Pues claro, no lo habías visto?
-No, para nada, cuando entre en la maceta al venir era de noche... y luego solo veía una risa o una sonrisa... ¡¡¡las gafas!!! ¡Qué más pone en las instrucciones?
Nos quedamos sin una palabra, los dos nos quedamos con cara de preocupación y empezamos a leer las instrucciones de las gafas.
Parte IX: cara de sorpresa
Fuimos a visitar el campo grande con la risa. La rosa decía que no podía venir porque tenía que vigilar la casa abandonada y quedarse por ahí. ¡Qué explicación más curiosa!
Después de visitar un par de exposiciones y museos, fuimos a un parque para descansar. La risa me dijo
-¿Porqué no te quitas las gafas? Ya hemos ido a la fiesta, ya no las necesitas.
-La rosa me ha dicho de guardarlas, empezaba a contestar
-Tengo el modo de empleo, pone que solo se pueden llevar con el disfraz, venga ¡quitátelas!
-A ver el modo de empleo...
La risa me pasa el papel
-es verdad, no puedo leer, ¡ayúdame!
Con su ayuda me quitamos los cuatro pares de gafas.
-¿Qué te pasa? pregunto la risa, con un tono preocupado, tienes pinta de haber visto un fantasma
-¿Risa...?
-¿Sí?
-¿Eras... eres una araña?
-¿Pues claro, no lo habías visto?
-No, para nada, cuando entre en la maceta al venir era de noche... y luego solo veía una risa o una sonrisa... ¡¡¡las gafas!!! ¡Qué más pone en las instrucciones?
Nos quedamos sin una palabra, los dos nos quedamos con cara de preocupación y empezamos a leer las instrucciones de las gafas.
dimanche 3 février 2013
Post 130: Costillas al horno
Post 130: El aburrimiento es muy malo (aunque sabe bien a veces)
Costillas al horno del domingo.
Ingredientes: Lo que quede en la nevera ya que el sábado solo compré leche para el desayuno y costillas "frescas" "nucleares" en el super que tengo abajo de casa. Es domingo, he desayunado a las 15 y como no volveré en casa hasta el viernes. Hay que preparar las costillas sí o sí para que no se pongan malas.
- 4 zanahorias porque como se tienen que pelar se han quedado ahí
- 1 cebolla y un par de ajos (por la misma razón)
- Costillas frescas (eso pone en la etiqueta), que es lo único que había comprado. Tenía buena pinta, pero no tengo ni idea de cómo cocinarlas.
- Un fondo de botella de Mistela
- Las lanchas de jamón ibérico que se estaban escondiendo
- Un limón bio (inicialmente previsto para cubatas)
- Una conexión a internet para ver que las costillas tardan 40 minutos al horno a 225 (mentira)
Tiempo de preparación: 20 minutos
Tiempo de horneo: 2,5 horas
Tiempo total: 1 hora
21h45 Pelar y cortar las zanahorias y la cebolla. Comer un poco de cebolla cruda que dicen que es muy sano.
Buscar las costillas de cerdo.
22h35 Sacar la fuente y añadir las costillas con las lanchas de jamón encima, algo más de mistela y limón
Cada 5~10 minutos sacar la fuente, verter el jugo en un plato hondo para volver a ponerlo encima de la carne y la verdura
23h03 Ya está, ¡listo! Las costillas han tardado media hora en hacerse.
samedi 2 février 2013
Post 129: Punto de vista de la araña: El veneno
Punto de vista de la araña (parte VIII)
El veneno
Llegamos a la fiesta que nos había comentado la rosa. La sorpresa era que en la fiesta, a parte de la rosa y de la risa, solo habían arañas. De todo tipos y tamaños. Era la primera vez que veía tantas arañas juntas, conmigo eramos séis. Por las tierras naranjas, las arañas no solemos juntarnos más de dos a la vez.
Empezamos a hablar y conversar de muchas cosas, hasta que llegó el tema del veneno. Las otras arañas empezaron a enseñar sus venenos, hasta que la rosa comentara:
-Mirad la araña, hablando de mí, siempre me había llamado así, no ha traído veneno, ni siquiera podría defendernos a mí y a la rosa!
Había insistido ella para que dejara mi veneno en la casa abandonada, me quedé a cuadros.
-He tenido que llevar un montón de espinas por si a caso, y eso que no me gusta nada llevar espinas, continuó.
Durante el tiempo que pasamos juntos, la veía llevar espinas todos los días, y no había notado nunca que fuera un problema para ella, las llevaba perfectamente.
Me quedé tan sorprendida que no fue capaz decir ni pensar nada en este momento. Mi corazón se hinchó dentro de mi abdomen, comprimiendo mis tripas. No fue capaz participar en el festín organizado gracias a las mil y una telas que habíamos puesto, no me entraba nada. Era como si el veneno lo llevara en el estomago.
Desconecté de las conversaciones para fijarme en las telas de las otras arañas. Siempre es bueno observar, se pueden aprender nuevas técnicas. Unas de ellas me parecían muy anticuadas, otras familiares. Me fijé con más atención con una de ellas, que tenía sensación de haber visto antes. Tenía forma de estrella con once puntas muy complicada de formar. Intentaba imaginar cómo era posible dibujar esa geometría y no veía manera de hacerlo yo. A ver de las arañas presentes quién era autor de ese arte.
Los undecágonos que formaban la tela estaban más reunidos en el centro en una zona de veinte milímetros, indicando el tamaño de la araña que lo habrá tejado, pero ninguna de las arañas de la fiesta tenía ese tamaño. A parte de dos que eran demasiado pequeñas, las demás todas sobrepasaban los tres centímetros, y dudaba que fueran suficientemente ligeras para tejar con tanta precisión.
La fiesta se acabó y volvimos a la casa abandonada. Estaba dividido entre muchos sentimientos. Ganas de demostrar a la rosa hasta qué punto la hubiese defendida, ganas de echarle bronca por el daño que me estaba haciendo, curiosidad por aquella tela con once costados y mis estomago que seguía con nudos. Demasiadas cosas sin explicación juntadas en una sola noche.
No conseguí cerrar ojo en toda la noche no como aquella araña:
Araña intentando dormir
Noté que tenía sueño sin poder dormir, y hambre sin poder comer.
El veneno
Llegamos a la fiesta que nos había comentado la rosa. La sorpresa era que en la fiesta, a parte de la rosa y de la risa, solo habían arañas. De todo tipos y tamaños. Era la primera vez que veía tantas arañas juntas, conmigo eramos séis. Por las tierras naranjas, las arañas no solemos juntarnos más de dos a la vez.
Empezamos a hablar y conversar de muchas cosas, hasta que llegó el tema del veneno. Las otras arañas empezaron a enseñar sus venenos, hasta que la rosa comentara:
-Mirad la araña, hablando de mí, siempre me había llamado así, no ha traído veneno, ni siquiera podría defendernos a mí y a la rosa!
Había insistido ella para que dejara mi veneno en la casa abandonada, me quedé a cuadros.
-He tenido que llevar un montón de espinas por si a caso, y eso que no me gusta nada llevar espinas, continuó.
Durante el tiempo que pasamos juntos, la veía llevar espinas todos los días, y no había notado nunca que fuera un problema para ella, las llevaba perfectamente.
Me quedé tan sorprendida que no fue capaz decir ni pensar nada en este momento. Mi corazón se hinchó dentro de mi abdomen, comprimiendo mis tripas. No fue capaz participar en el festín organizado gracias a las mil y una telas que habíamos puesto, no me entraba nada. Era como si el veneno lo llevara en el estomago.
Desconecté de las conversaciones para fijarme en las telas de las otras arañas. Siempre es bueno observar, se pueden aprender nuevas técnicas. Unas de ellas me parecían muy anticuadas, otras familiares. Me fijé con más atención con una de ellas, que tenía sensación de haber visto antes. Tenía forma de estrella con once puntas muy complicada de formar. Intentaba imaginar cómo era posible dibujar esa geometría y no veía manera de hacerlo yo. A ver de las arañas presentes quién era autor de ese arte.
Los undecágonos que formaban la tela estaban más reunidos en el centro en una zona de veinte milímetros, indicando el tamaño de la araña que lo habrá tejado, pero ninguna de las arañas de la fiesta tenía ese tamaño. A parte de dos que eran demasiado pequeñas, las demás todas sobrepasaban los tres centímetros, y dudaba que fueran suficientemente ligeras para tejar con tanta precisión.
La fiesta se acabó y volvimos a la casa abandonada. Estaba dividido entre muchos sentimientos. Ganas de demostrar a la rosa hasta qué punto la hubiese defendida, ganas de echarle bronca por el daño que me estaba haciendo, curiosidad por aquella tela con once costados y mis estomago que seguía con nudos. Demasiadas cosas sin explicación juntadas en una sola noche.
No conseguí cerrar ojo en toda la noche no como aquella araña:
Araña intentando dormir
Noté que tenía sueño sin poder dormir, y hambre sin poder comer.
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