lundi 15 octobre 2012

Post 101: Punto de vista de la araña: Soy una araña negra.

Punto de vista de la araña,
    Cuento para niños tontos y adultos listos
Parte I: Soy una araña negra.

  Asusto a la gente. Sobre todo a las hembras humanas. ¡Vaya gritos hacen cuando me ven! Gimen llamando a quien pueda ayudarles, los brazos recogidos en los pechos y los dedos en la boca, se suben a cualquier cosa sin darse cuenta de que las arañas con nuestras telas* nos desplazamos en las tres dimensiones!

  Lo veo injusto, nunca he picado ni querido picar a ningún humano. A mí no me apetece, ¡no tengo tanta hambre! Nunca llegué a entenderles a esos humanos. Ni tampoco como tienen construido su sociedad. Han inventado el efecto Mariposa: con un ordenador, un humano puede decidir desde las Americas que otros humanos pierdan la libertad en la Asia o la África. Los que conozco parecen buenos, aunque un poco tontitos. Critican mucho a los políticos y votan para ellos. Hasta trabajan para darles dinero. pero me provocan curiosidad. Ninguno habla mi lenguaje. No entiendo lo que hacen pero ya entiendo todo lo que dicen. ¡Dejemos ese tema! Solo quería decir que no entiendo cómo a mí me pueden tener miedo.

  Mirad, los mosquitos provocarán vente o cincuenta veces más muertes humanas que nosotras las arañas. Aún así nos temen y a ellos no. Qué lastima, además soy buena para ellos, me dedico a capturar mosquitos justamente, y todo tipo de bichitos malos. Lo hago para comer no para ellos, pero les va bien ¿no?

Creo que me temen a mí por culpa de otras arañas que han sido sádicas. Una araña me contó como había picado a humanos mientras dormían con mucho entusiasmo. "Le picas la pierna cuando sale de sus sábanas, luego se le infla y se tiene que rascarse sin parar, ves como se hace más daño rascándose que por la picadura que le has hecho". No son muchas así, normalmente somos buenas y solo mordemos para comer. Odio los prejuicios.

  Me tengo que esconder, quedar encerrada en sitios pequeños. Con poca luz. Arriba, en los techos o debajo los muebles. Cuando me ven, lo único que quieren es matarme, excepto unos pocos. Una vez me encerraron en una jaula de papel y me quedé en el bosque.

  De tanto encubrimiento, acabé siendo discreta. Y en todos los aspectos, también cuando hablo. No suelo hablar tanto como las demás arañas. Cuento tonterías para hacer gracia. A unos les hace más reír que otros. Con provocar una sonrisa y llamar un poco la atención me doy por satisfecha.
  No tengo capacidad para repetir idioteces, si no me pillan a la primera o no piden explicaciones ¡se lo pierden!
A veces soy un poco despistada, me puedo dejar una tela sin recoger, una mosca que he atrapado en algún sitio.

  Tengo muchos compañeros y de todo tipo, pero muy pocos amigos. De estar a menudo escondida en sitios diferentes siempre les pierdo de vista y se olvidan de mí. Me da mucha pena.
No quiero prometer nada, pero a ver si os presento a unos de ellos.



Léxico Juliano
* Uso telas para desplazarme, son hechas básicamente de lo que me dice la gente. Un cumplido me dejará subir, una reflexión mala bajar algo, una mirada cambiar de hilo... lo importante es no quedarse estancado, demasiados elogios me llevan a una esquina y me quedo atrapada. Hay reflexiones graciosas o justas que me permiten construir telas nuevas. La ausencia de comentarios hace que mis telas se quedan demasiado viejas y se hacen peligrosas, termino cayéndome.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire